La cadena de suministro de las empresas en la hoja de ruta hacia el “Net Zero”
El ciclo del carbono está compuesto por fuentes emisoras y sumideros. Su equilibrio consiste en absorber el carbono que se libera. Un equilibrio “Net Zero” roto por la creciente presión ejercida sobre el planeta como consecuencia del desarrollo humano.
Una definición muy precisa de ello es la realizada por la consultora especializada en sostenibilidad CLIMATE PARTNER
“Para detener el calentamiento, es necesario alcanzar un equilibrio entre las fuentes de emisiones antropogénicas y su absorción. A este estado de equilibrio se lo conoce como cero emisiones netas o “NET ZERO”. Un equilibrio que fruto del desarrollo humano se ha roto poniendo a la Tierra al borde del colapso. El desarrollo sostenible pasa por un aspecto clave: Respetar los límites del Planeta.”
Sin tiempo que perder. “La carrera contrarreloj” hacia la sostenibilidad ha entrado en su cuenta atrás.
Pese a los avances, hemos postergado demasiado las soluciones y ahora tenemos que hacer mucho en poco tiempo.
La reducción de las emisiones de gases efecto invernadero “GEI” a la atmósfera se ha convertido en una prioridad para las administraciones, las empresas y la sociedad en general. En este contexto, además de las grandes corporaciones, también las pequeñas y medianas empresas son esenciales en la cuenta atrás para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de cero emisiones en 2050. Por lo cual necesitan iniciar su particular proceso de descarbonización de forma competitiva, de lo contrario aquellas empresas que no lo hagan, desaparecerán.
Los materiales se sitúan en el centro de la ecuación, como elemento crítico en la hoja de ruta del NET ZERO.
La descarbonización como vehículo a una economía de cero emisiones netas, en su carrera contrarreloj necesitará profundos cambios tecnológicos fundamentales aplicados al mundo industrial. Tecnologías que en la mayoría de situaciones son intensivas en consumo de materias primas. Por ejemplo, en el sector eléctrico, el desarrollo de las energías renovables, el almacenamiento con baterías y la expansión del vehículo eléctrico necesitan de cantidades ingentes de minerales, algunos de ellos conocidos como “TIERRAS RARAS”.
En conclusión, las cadenas mundiales de suministro de materiales se deben adaptar al ritmo que marca la descarbonización.
La innovación al servicio de la sostenibilidad, empieza por buscar soluciones más eficientes, el uso de materias primas que requieran una menor explotación, e investigar en nuevos materiales y sistemas de producción más eficientes y pasar de una economía lineal a una economía circular, multiplicando el ciclo de vida de las materias primas.
De lo contrario a medida que se agotan los recursos nos tendremos que enfrentar a picos de precios y volatilidad en los materiales, lo que a su vez encarecería las tecnologías en las que están integrados, provocando una ralentización en los índices de adopción.
Como primer paso para mitigar los riesgos y aprovechar las enormes oportunidades que presenta la transición de materiales, es fundamental que los gobiernos y las empresas presten mayor atención a la dinámica cambiante de la cadena global de suministro de materiales con una perspectiva a largo plazo.
El papel de las empresas y el crecimiento económico.
Según un nuevo estudio del McKinsey Global Institute “MGI” nos encontramos en una década decisiva para la población mundial y para el planeta, ya que en 2030 finaliza el plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU “ODS” y se estima que ese año se acabará también el presupuesto global para limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados centígrados en 2050 respecto a los niveles preindustriales al ritmo actual de generación de emisiones. Todo un reto para los dirigentes mundiales en como priorizar dos cuestiones esenciales como son el empoderamiento económico de la población y las cero emisiones netas mientras se mantiene el crecimiento.
Las empresas deben investigar sobre las acciones decisivas con mayor probabilidad de posicionarlas como líderes sostenibles en su sector en los próximos años. El crecimiento y las actuaciones de estas empresas pueden generar un progreso real que puede cambiar muchas vidas.
Más allá del 2030 el WBCSD (Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible). Establece nueve rutas de transformación y sus metas al año 2050. En función del siguiente cuadro podemos observar que la energía y todos sus sectores relacionados tienen un peso capital directamente e indirectamente en todos estos ámbitos.
Fuente: Informe-ODS-2022-Foretica_VF.pdf
Criterios “ESG”. Transparencia en las aportaciones de las empresas a la sostenibilidad. La importancia de la cadena de suministro.
“ESG” (Environmental, Social Governance). Estas siglas representan el compromiso de una empresa con el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad, que se extienden al medio ambiente, al entorno social y al gobierno corporativo. ESG es un requisito fundamental para poder dar un mensaje de cumplimiento al mercado, y para operar con otras empresas comprometidas con la sostenibilidad que exigirán a sus proveedores y partners, como miembros de su cadena de valor.
En este contexto la Huella de Carbono es el principal indicador de las emisiones derivadas de la actividad de una empresa, que se pueden clasificar según su alcance en tres tipos:
- El alcance 1 incluye todas directas: consumo de combustible en de edificios, organización y flota de vehículos.
- El alcance 2 incluye todas las indirectas debidas al consumo de electricidad.
- El alcance 3 refleja el resto de emisiones indirectas comprendidas en la cadena de suministro tanto aguas arriba como aguas abajo. Cada vez más empresas toman conciencia de que la mayor parte de su huella de carbono se asocia a las emisiones de Alcance 3, quedando fuera de su control directo. Esto las convierte en las emisiones más importantes y las más difíciles de gestionar en la mayoría de casos y en consecuencia a las que se debe prestar una atención creciente en la cadena de suministro.
La importancia de hacer un diagnóstico de las emisiones de Alcance 3 en las cadenas de suministro.
En concreto, las emisiones de la cadena de suministro son en promedio 11.4 veces mayores que las emisiones directas de las operaciones. Si bien se requiere en su reducción un esfuerzo considerable, así como una inversión y aceptación interna más compleja para crear una iniciativa de participación de los proveedores, las empresas que deciden acometer dicha reducción se benefician de la construcción de relaciones con sus proveedores de mayor calidad, lo que mejorará la eficiencia, la transparencia y la resiliencia en toda la cadena de valor.
Los protocolos internacionales para el cálculo de emisiones, dividen las emisiones de alcance 3 en 15 categorías, que tendrán una relevancia distinta atendiendo al sector y actividad de cada empresa, el objetivo es evaluar y actuar sobre aquellas categorías más relevantes en su impacto.
Fuente gráfico : Climate Partner. https://www.climatepartner.com
Emisiones aguas arriba:
1. Consumo de bienes y servicios
2. Bienes de capital
3. Actividades relacionadas con la energía y el combustible
4. Transporte y distribución aguas arriba
5. Residuos generados en las operaciones
6. Viajes de negocio
7. Viajes in-itinere
8. Activos arrendados aguas arriba
Emisiones aguas abajo:
9. Transporte y distribución aguas abajo
10. Tratamiento o procesado de los productos vendidos
11. Uso de los productos vendidos
12. Final de vida de los productos vendidos
13. Activos arrendados aguas abajo
14. Franquicias
15. Inversiones
Hacer un diagnóstico y actuar sobre la reducción de las emisiones de Alcance 3, se considera actualmente entre las mejores prácticas empresariales. Veamos algunas de las principales ventajas que aporta:
- Identificar y evaluar dónde se encuentran los puntos críticos de emisión en la cadena de suministro.
- Identificar los riesgos de recursos y energía en su cadena de suministro.
- Identificar oportunidades de eficiencia energética y reducción de costes en su cadena de suministro.
- Identificar en que grado de responsabilidad en cuanto a la sostenibilidad se encuentran sus proveedores ante una selección.
- Hacer partícipes a los proveedores y ayudarles a implantar iniciativas de sostenibilidad.
- Mejorar la eficiencia (incluyendo energía, materiales, etc) de los productos o servicios propios.
- Concienciar y comprometer positivamente a los empleados para reducir las emisiones en sus viajes, desplazamientos y otras situaciones vinculables.
En resumen, Activar los esfuerzos de descarbonización a gran escala en las cadenas de suministro es una de las vías más críticas y efectivas para alcanzar el cero neto global.
ISO 14001, ecoetiquetas y calificaciones de sostenibilidad empresarial. Garantías de buenas prácticas.
ISO 14001 es parte de una serie de normas internacionales que se refieren al Sistema de Gestión Ambiental, aplicable a cualquier empresa independientemente de su tamaño y sector. Representa el principal estándar mundial de sistema de gestión ambiental. El sistema comprende: acciones de planificación, ejecución, control y mejora. Define los requisitos más importantes para identificar, controlar y monitorear los aspectos ambientales de cualquier organización que tenga una política ambiental.
Las ecoetiquetas acreditan productos diseñados para un consumo responsable con el medio ambiente desde su concepción hasta el fin de su ciclo de vida.
A nivel mundial, existen un amplio número de este tipo de acreditaciones o “SELLOS”, y en común la mayoría comparten entre sus principales características: son voluntarios, identificativos, se establecen por categorías y tienen como principal objetivo distinguir y reconocer como valor añadido aquellas iniciativas capaces de reducir su impacto en el medioambiente.
Las calificaciones de sostenibilidad ambiental se utilizan principalmente para evaluar organizaciones globales. Una de las principales y referente mundial es ECOVADIS, que indica el grado de buenas prácticas ambientales, sociales, laborales, de derechos humanos y éticas alcanzadas por una empresa en todo su ámbito operativo en un año.
Contar con estas acreditaciones adquiere un valor creciente en las cadenas de suministro. En el modelo de negocio B2B (entre empresas), facilita la toma de decisiones; en el B2C (entre empresas y consumidor final), genera confianza y un elemento diferenciador que contribuye a un mercado de conciencia ecológica.
Como ejemplo de buenas prácticas sostenibles. Prysmian Group dispone de la ISO 14001 y del certificado ECOVADIS GOLD, que sitúa a la empresa en un grado muy avanzado en sostenibilidad; además de incluir en su oferta productos con etiqueta ecológica como ECOCABLE y productos con etiqueta DAP (Declaración Ambiental de Producto) s/ ISO 14025.
La sostenibilidad está presente en el “ADN” de Prysmian Group.
Características de la estrategia de ambición climática de Prysmian Group:
- Objetivos alineados con los requisitos COP 26
- Ambición empresarial por mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC
- 90% descarbonización en 2035 (alcance 1 y 2) y NET ZERO en 2050 (alcance3)
Algunos datos de los hitos principales:
- 16 Millones de € de inversión ambiental para reducción emisiones GEI = Reducción de 58.000 toneladas de emisiones GEI = reducción del 24% de emisiones GEI desde el 2019 al 2022.
- 71,4% índice de reciclabilidad de los productos Prysmian Group.
- 100% segregación y Gestión de residuos.
- 81% unidades operativas con recirculación de agua.
- 97% de las plantas con certificación ISO 14001.
Productos más ecológicos:
- Reducción plástico en packaging. 33% menos plástico (low micrage). 50% de composición plástico reciclado + 100% reciclable.
- 1/3 del total del portfolio etiqueta verde ECO-CABLE (1/2 del total del segmento de Construcción e infraestructuras.)
- Familias de productos con “DAP” (Declaración Ambiental de Producto).
En conclusión:
Las organizaciones tendrán cada vez más obligaciones y entre ellas, rendir cuentas de sus emisiones, tanto directas como indirectas, a medida que se vaya reduciendo el horizonte temporal de acción y continúe el aumento interanual de los impactos del cambio climático.
Las emisiones de CO2 del sector energético representan cerca del 65% del total de los GEI en la atmósfera causados por actividades humanas, el cual incluye actividades como la producción de combustible, gas natural y generación de electricidad para consumo industrial y doméstico. Ser más eficientes y descarbonizar el consumo final con electricidad procedente de fuentes renovables es una prioridad.
Una oportunidad para aquellas empresas y servicios profesionales que ayuden a sus clientes aún mayor control, reducción y reporte de emisiones de CO2. Generando valor a éstas por la gran repercusión que puedan tener en las cadenas de suministro de terceros donde operen.
Juanjo Catalán.
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