Las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), un nuevo paso hacia la sostenibilidad
¿Qué son las DAP?
Las Declaraciones Ambientales de Producto, las DAP –por sus siglas en castellano– se han situado como la mejor garantía para evaluar y trazar al detalle los impactos de cualquier producto sobre el medio ambiente.
Los peores pronósticos que alertaban sobre el cambio climático desde hace dos décadas, desgraciadamente, se están empezando a cumplir con síntomas más que evidentes ante la opinión pública del planeta, a raíz de su sobreexplotación. Y crece el número de consumidores que prestan mayor atención a los indicadores de sostenibilidad de productos y servicios. La transparencia, en este sentido, es un valor al alza para cualquier fabricante.
Es por este motivo que las DAP, también conocidas a escala internacional como EPD –acrónimo de la fórmula inglesa Environmental Product Declaration–, ganan poder como la fórmula de etiqueta ambiental más exigente y avanzada, de tipo tres –por delante de las dos tipologías anteriores: las ecoetiquetas (regidas por la norma europea ISO 14024) y las autodeclaraciones de cada productor (norma ISO 14021)–.
AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación, se ciñe en nuestro país a la norma ISO 14025 para verificar que un producto cumple los requisitos de las DAP, y una de las novedades destacadas es que es imprescindible una verificación a cargo de una tercera parte, independiente de la empresa y de la misma certificadora.
En el caso de productos y servicios de construcción, además, se utiliza la norma europea UNE-EN 15804, como marco de análisis armonizado y reconocido dentro del espacio de la UE, y también se tienen en cuenta las ISO 14040 e ISO 14044, otras dos normas centradas en el análisis del ciclo de vida de cada producto sometido a evaluación.
A pesar de todo, debe quedar claro que cualquier producto puede someterse a la evaluación DAP / EPD, aunque haya aspectos mejorables en los procesos de fabricación, eficiencia o vida útil. El documento final será un ejercicio de transparencia para el mercado y para el mismo productor, que verá detallados y estadísticamente en qué aspectos puede intervenir para reducir impactos en el futuro. Una guía hacia la sostenibilidad.
¿Y qué analizan en concreto?
El proceso de certificación independiente de cada DAP / EPD comprende el análisis del ciclo de vida (ACV), que considera toda la historia del producto o actividad a examen: desde su origen, durante su vida útil y fin de su vida útil. Por ese motivo, los expertos tienen en cuenta, a parte del proceso de fabricación en sí mismo, los mecanismos para la obtención de primeras materias y su transporte hacia la factoría; para proseguir con la evaluación de todos los mecanismos productivos en fábrica.
En este momento entra en juego de manera decisiva el buen hacer y know how de cada empresa, donde cobra importancia, además de la eficiencia en el consumo de materiales y energía, la apuesta por ahorro o reutilización de agua, o el empleo de electricidad verde, generada incluso, in situ, a través de instalaciones fotovoltaicas y el resto de alternativas. Pero también la minimización de residuos, de diferentes tipologías, o el ahorro del recurso de agua y su depuración o reutilización posterior.
Indicadores de una DAP
El conjunto de indicadores para obtener una DAP engloba 31 categorías obligatorias y 6 más que son opcionales, pero también suman en el resultado final, siempre con unidades predeterminadas cuantificables y objetivables.
El análisis continúa diseccionando el comportamiento del producto una vez en uso –con un estudio ponderado y pormenorizado del rendimiento a lo largo de su vida útil– e incluso un paso más allá –su reciclabilidad una vez llegada a la obsolescencia– con el objetivo que tanto la huella de carbono como el volumen de residuos (embalajes, desechos finales o materias contaminantes) tiendan a cero.
El círculo se cierra con el estudio de la reciclabilidad de los diferentes componentes, otro de los retos para cuidar del medio ambiente a partir de la regla de las 3 R, reducir, reciclar y reutilizar, y que con el incremento de precios de las materias primas son una nueva fuente de competitividad para el tejido empresarial.
En definitiva, la DAP permite identificar los puntos críticos y oportunidades de mejora.
¿Por qué las DAP son cada vez más importantes?
Las declaraciones ambientales han cobrado protagonismo en el contexto de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados desde las Naciones Unidas. Pero el uso de productos certificados en la edificación y obras públicas es clave para que los proyectos que aspiran a subvenciones de los fondos europeos Next Generation reciban el visto bueno.
Dentro del capítulo de competitividad empresarial facilitan otras líneas básicas para su financiación, como son los préstamos con tipos de interés bonificados de entidades financieras o instituciones públicas.
Asimismo, su introducción en el segmento de la nueva construcción eficiente crece exponencialmente, porque el empleo de materiales que han completado la obtención de la DAP / EPD favorables allanan el camino para la consecución de las certificaciones energéticas más sostenibles (A y B).
Y también son demandadas por otros sellos centrados en la edificación sostenible como, los certificados BREEAM, LEED o VERDE, dentro del paradigma de la construcción circular y con una huella de carbono que debe tender a cero a mediados de este siglo.
La Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE), con una última versión vigente de 2020 pero en constante evolución, integra también los textos legales y medidas adoptadas por los gobiernos regionales para mitigar el cambio climático, donde los componentes certificados por las DAP garantizan un estándar de trazabilidad que suma puntos a favor.
A continuación, puede ser de utilidad desgranar el significado de diversas siglas y acrónimos que, conjuntamente con las DAP / EPD, marcan el terreno de juego del nuevo paradigma de edificación y obra civil sostenible:
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BREEAM:
La certificación BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assesment Methodology) vendría a significar Método de Evaluación Medioambiental del Organismo de Investigación de la Construcción, y se comenzó a definir en 1990 en el Reino Unido, como la fórmula pionera para medir y mejorar en la reducción de la huella energética de los edificios a lo largo de su vida útil. Se ha popularizado para analizar proyectos de nueva construcción, pero es igualmente aplicable para evaluar las rehabilitaciones y reconstrucciones, los edificios en uso y planificar mejoras en comunidades de propietarios.
Entre las ventajas, el ahorro económico en consumos y mantenimiento supone necesariamente una mayor seguridad ambiental. Y acarrea la mejora de calidad de vida de sus usuarios. Ya han evaluado, según las últimas estadísticas actualizadas, 2.155 edificios españoles desde 2010, el 83% de los cuales el año pasado. Es un dato que ilustra tanto la popularización del método de análisis de la sostenibilidad en la edificación de nuestro país como el creciente interés por la promoción de proyectos respetuosos con el medio ambiente.
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LEED:
Tres años después de la fundación de BREEAM, en 1993, medio centenar de empresas promovieron en Estados Unidos la creación del US Green Building Council (USGBC), otra organización sin ánimo de lucro paralela que desarrolló el sistema de evaluación Leadership in Energy and Enviromental Design (LEED).
La certificación de edificios es voluntaria, pero cada vez se impone más como requisito en diversas poblaciones de Estados Unidos. Y a través de su homóloga española Spain Green Building Council (SGBC), la tercera cronológicamente a escala mundial fundada en 1998, ya han analizado más de 600 edificios en nuestro país, de los 1.200 registrados en el programa.
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VERDE:
Creada por Green Building Council España, se basa en las normativas de sostenibilidad aprobadas a escala nacional y de la Unión Europea. Es un certificado de matriz española y en el protocolo de evaluación coincide con BREEAM en el requisito que la evaluación vaya a cargo de un asesor acreditado y externo al proyecto a analizar –del mismo modo que para obtener una DAP–. Este aspecto confiere un plus de independencia y credibilidad al resultado final, aunque al ser el más reciente, únicamente es reconocido en España y con normas asimilables al resto de países miembros de la UE.
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ERESEE:
La Estrategia a largo plazo para la rehabilitación de viviendas en España (ERESEE), que persigue el objetivo europeo de que a partir de 2028 todos los nuevos edificios sean neutros en emisiones de CO2, es otro de los marcos en los que las referencias certificadas como DAP / EPD jugarán con ventaja para ser competitivas.
En el horizonte de 2050, el conjunto del parque de edificaciones de la UE debería alcanzar esa misma neutralidad climática, y en las reformas, además del consumo energético que deberán reducir aspectos estructurales como el aislamiento, tendrá un peso importante la introducción de materiales y productos elaborados de manera limpia, que garanticen la máxima eficiencia y vida útil, y reciclables nuevamente en el futuro.
Adelantarse al futuro
En España, a raíz de la aprobación del Código Técnico de la Edificación (CTE) vigente, en 2006, se reguló la normativa de certificación energética de edificios (2007) y un Registro General de Certificaciones medioambientales del análisis de ciclo de vida (2008) con dos instituciones acreditadas: además de AENOR (con el programa GlobalEPD), la pionera fue el Colegio de Aparejadores de Barcelona (DAPConstrucción).
Eran las primeras alusiones legales a la existencia de las DAP, que no empezaron a aparecer como requisito hasta el decreto 21/2006 de criterios ambientales y de ecoeficiencia en los edificios de la Generalitat de Cataluña. Desde entonces, muchos más gobiernos han comenzado a ampliar el grado de exigencia y en Francia, por ejemplo, ya son obligatorias. La UE ha situado entre sus prioridades regular y normalizar los mecanismos de obtención de las certificaciones, a la par que las contempla dentro de los Criterios de Compra Pública Verde para las administraciones de sus estados miembros. En este contexto, la obtención de declaraciones ambientales de producto, que ahora mismo podría observarse como una simple opción o plus dentro de la planificación empresarial en el medio y largo plazo, serían imperativas para mantener clientes, facturación y seguir operando en un mercado que no deja de lado la huella ambiental de sus productos.
Las DAP en Prysmian Group
Las seis DAP obtenidas de acuerdo con la ISO 14025 y la Norma UNE-EN 15804:2012+A2 se corresponden con las familias Afumex (Prysmian) y Exzhellent (General Cable) de 750V y 1kV tipo H07Z1-K y RZ1-K, así como la Prysmian Prysolar (Prysmian) y Exzhellent Class solar (General Cable) tipo H1Z2Z2-K.
Con la vista puesta en el futuro, el grupo planea cubrir con nuevos certificados DAP todas las familias que apliquen a aquellos segmentos en que la certificación pueda aportar valor añadido. Se priorizarán aquellas familias vinculadas con los segmentos de las instalaciones de energías renovables, la construcción y las infraestructuras. Todo ello se suma a otras iniciativas que ilustran la autoexigencia de la compañía en materia de sostenibilidad, como el reciente lanzamiento de ECO CABLE, la primera etiqueta verde de la industria del cable, basada en criterios de sostenibilidad y con 6 objetivos transparentes y cuantificables.
Emili Agulló
DESCUBRE ECO CABLE:
Nuestro compromiso de proporcionar una total trazabilidad medioambiental de nuestros productos, utilizando criterios de evaluación objetivos y medibles para establecer la contribución que los cables pueden proporcionar en términos de su efecto sobre el cambio climático, siendo un complemento al objetivo Net Cero, y abriendo camino para que la industria del cable se incluya en los sistemas de etiquetado ecológico o verde.
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