Es el momento de la electromovilidad. Del surtidor de gasolina al enchufe inteligente.
Electrificar para descarbonizar.
Para lograr la descarbonización de la economía es necesario que los principales sectores consumidores de energía (transporte y movilidad, industria y edificación) se electrifiquen.
El sector eléctrico genera poco más del 20% de las emisiones de CO2 a nivel europeo, mientras que el consumo energético representa casi el 80% del total de emisiones. Por tanto, la transformación debe realizarse no sólo en el sector eléctrico, sino también en el resto de los segmentos de la economía un principal consumo intensivo de energía como son el transporte y movilidad, la industria y la edificación. En respuesta a ello, la compatibilidad ambiental del automóvil constituye una aportación imprescindible para frenar la emergencia climática y del éxito del proceso dependerá en gran parte el futuro del planeta.
El coche eléctrico y los nuevos tipos de movilidad son puntos estratégicos de cara a un futuro más sostenible. Si las previsiones se cumplen en 2030 circularan por España cinco millones de coches eléctricos. Una de las barreras, aunque no la única es el precio y en este aspecto queda mucho recorrido en la reducción de costes de las baterías como principal factor. El otro obstáculo son los puntos de recarga ya que el usuario actualmente sufre la incertidumbre del “hasta donde llego”. El hecho de no tener la certeza de poder repostar en lugar y tiempo deseado es un problema evidente.
“Como vemos en el gráfico el transporte y movilidad son el sector que mayor margen de mejora a 2050 tiene respecto a la situación actual”
Es el momento de la e-MOVILIDAD. Del surtidor de gasolina, al “enchufe inteligente”
El enchufe eléctrico tan importante en nuestras vidas alcanza con la movilidad eléctrica una nueva dimensión. En poco tiempo será algo habitual que afecte directamente en cómo nos movemos, aunque eso, implica una gran trasformación a realizar. En los hogares cada punto de carga aumentará la potencia requerida, en el caso de las comunidades de vecinos mientras sean pocos los que carguen sus vehículos no habrá mucho problema, pero a medida que crezcan el número de usuarios se deben adaptar las instalaciones y en cascada de forma expansiva en la manzana de viviendas, en el barrio y finalmente en la ciudad.
En este proceso la integración de las energías renovables principalmente con el autoconsumo fotovoltaico y los sistemas de almacenamiento serán totalmente necesarios junto con un sistema de carga inteligente que permita la máxima optimización con efecto en viviendas y edificios con garaje, en aparcamientos y vías públicas y finalmente en vías interurbanas y autopistas. La conectividad además de optimizar el rendimiento energético, el espacio público y los tiempos de recarga, en las vías públicas será imprescindible y evitar colapsos a medida que crezca el número de usuarios. Lo mismo sucede con las recargas rápidas en los viajes de cierta distancia, donde tenderemos que utilizar sistemas de reserva programada, especialmente en fechas de desplazamientos masivos como puentes y vacaciones y que conllevarán la propia transformación de las áreas de servicios con una ampliación de los servicios de ocio. Son algunas reflexiones que conviene tener en cuenta ante los retos que plantea este proceso de transición a diez años vista. En definitiva, se requieren infraestructuras muy flexibles a distintas disponibilidades de potencia en función del tiempo de carga y dotadas de conectividad capaz de transmitir gran número de datos.
2020. El año del impulso definitivo a la electrificación del automóvil.
En 2019 las matriculaciones de vehículos eléctricos de todo tipo alcanzaron en diciembre las 24.261. Eso supone un 56,3% más que en 2018, según los datos de AEDIVE y GANVAM. Además, han superado la cifra de 24.000 unidades previstas por el Ministerio de Transición Ecológica.
Poniendo el foco sólo en turismos, las matriculaciones del 2019 han aumentado un 63,4%, con 10.047 unidades en total. El 57,5% de los turismos eléctricos matriculados se destinaron a flotas de empresas, con 5.779 unidades.
Según indican ambas asociaciones. Las previsiones para 2019 se han cumplido. En 2020 en volumen de matriculaciones debería triplicarse, hasta alcanzar las 65.000 unidades.
Para triplicar la cifra alcanzada en 2019, cabe tener en cuenta aspectos como el incremento de la oferta con la llegada masiva de modelos de coches nuevos; el rápido despliegue de infraestructuras de recarga rápida y ultrarrápida en itinerancia; la reducción en Europa de los límites de emisiones medias de los fabricantes. Queda pendiente a nivel estatal la puesta en marcha de una reforma fiscal consecuente con los objetivos del PNIEC. Y, además, un plan de ayudas coherente, ambicioso y coordinado con el resto de las administraciones”.
Todo indica que el proceso de electrificación del automóvil, tras casi una década de incertidumbres, acelera hacia la madurez. Las polémicas sobre su implantación han quedado atrás y solo es discutible el ritmo. Desde el 1 de enero de 2020 todo cambia. Según datos de la asociación belga Transport & Enviroment, para 2020 se prevé una progresión mucho más amplia y espectacular en la oferta de modelos con batería recargable, que pasará de los 70 actuales a los 333 con una previsión de multiplicar por seis la producción de eléctricos puros e híbridos enchufables de aquí a 2025. A ello se suman probables nuevas medidas europeas de impulso a la movilidad eléctrica ya que en 2019 la tasa de vehículos eléctricos en Europa únicamente alcanzó un discreto 2,7% sobre el mercado total.
El primer examen importante llegará a final de año, acompañado de multas millonarias para aquellos fabricantes que superen las emisiones medias de 95g/Km de CO2 en sus gamas, deberán pagar 95 euros por gramo de más y unidad vendida. Es decir, quien matricule un millón de automóviles en Europa pagará 95 millones de euros por cada gramo extra. La Comisión Europea pone una solución para la industria automovilística que supondrá el impulso definitivo del coche eléctrico. Por cada coche con batería que se matricule eliminará las emisiones de dos modelos de combustión.
Las previsiones apuntan que el principal incremento de las ventas de VE se producirán en flotas de empresas para usos comerciales, industriales, logísticos y alquiler “carsharing”, según el caso por distintas razones que van desde la propia productividad por reducción de costes, reducción de la Huella de CO2 en aplicación de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) junto con la reducción de cargas impositivas ante la inminente reforma fiscal verde que se aplicará con el criterio de penalizar al que más contamina y compensar al que menos y finalmente las flotas de alquiler para atender una demanda muy creciente de nuevos servicios de movilidad.
A esta nueva regulación se suman las medidas en las ciudades para reducir las emisiones de CO2 y la contaminación local. El Gobierno ha dado luz verde al cierre al tráfico del centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes a partir de 2023 mediante el establecimiento de zonas de bajas emisiones y limitaciones de acceso a los vehículos más contaminantes. Madrid y Barcelona han sido las primeras en aplicar medidas en ese sentido y que probablemente en breve se aplicarán en el resto de las ciudades principales.
“La transición al vehículo eléctrico es inexorable, ya está aquí y en poco tiempo va a cambiar nuestras vidas. Ha llegado la hora de la verdad. En España está previsto que en 2030 cinco millones de vehículos eléctricos circulen por nuestras carreteras. Un reto ambicioso y difícil. “
Juanjo Catalán
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