Electrificación y Bioarquitectura
La descarbonización de la construcción
El sector de la construcción está pasando por un momento crucial. El proceso de descarbonización de la edificación realmente tiene la finalidad de proteger la biodiversidad a través de la reducción de la contaminación atmosférica, la mitigación del cambio climático, la conservación de ecosistemas terrestres y marítimos y la reducción de la acidificación y eutrofización del agua. Todos esos impactos afectan directamente a nuestra propia salud y bienestar y se materializan a través de distintas aproximación, que van mucho más allá de la reducción del carbono embebido a través del ciclo de vida de los materiales de construcción.
La reciente aprobación de la EPBD proyecta un cambio sustancial en las reglas de juego de la edificación. Entre otras estrategias, impulsa los siguientes cambios:
- Impulso de los edificios de 0 emisiones, mediante la bioclimática, la eficiencia energética y la implementación de energías renovables
- Eliminación de combustibles fósiles asociados al carbono operativo y embebido
- Aceleración de la rehabilitación como estrategia para conseguir un parque construido descarbonizado
- Uso de materiales y sistemas constructivos naturales y circulares, con baja huella de carbono
- Transparencia y estandarización en la información relativa a los niveles de eficiencia energética de los edificios
La eliminación de combustibles fósiles y la implementación de energías renovables es un aspecto imprescindible bajo términos medioambientales, económicos y sociales. Este reto no puede ser resuelto de manera exclusiva por la arquitectura, y por ese motivo tanto la planificación territorial y urbana como el diseño de los edificios deben dialogar con otros sectores y campos de conocimiento.
Implementación de fuentes renovables
La respuesta crucial de la arquitectura es la implementación de diseños bioclimáticos y pasivos que reduzcan la necesidad de consumos energéticos, tanto de los materiales utilizados como de la vida útil del conjunto. Este aspecto es clave especialmente en climas cálidos donde cada vez se padecen más los efectos del calor. Las fuentes energéticas renovales, por lo tanto, son el segundo paso una vez el edificio es altamente eficiente en sí mismo.
Afortunadamente existen diversas estrategias para implementar fuentes renovables a nivel territorial y urbano: la producción solar fotovoltaica, eólica, hidroeléctrica y geotérmica emiten significativamente menos gases de efecto invernadero en comparación con la quema de combustibles fósiles si están bien diseñadas e implementadas. Todas estas fuentes renovables requieren de la necesidad de mejorar la electrificación, ya que independientemente de cómo se genere la energía, se convierte y usa a través de la electricidad, y los sistemas actuales no cubren las necesidades de las nuevas demandas.
Aproximación multidisciplinar e intersectorial
Rediseñar esa electrificación supone un gran reto. Se debe trabajar a distintos niveles, por eso la aproximación, diseño e implementación se debe abordar de manera multidisciplinar e intersectorial, integrando campos de conocimiento de la arquitectura, urbanismo, ingeniería, planificación territorial y ecología. Este gran reto necesita de un diálogo que llegue a decisiones consensuadas que puedan faciliten el proceso, pero sobre todo que integren todas las necesidades, requerimientos y oportunidades de cada colectivo.
- La implementación territorial debe equilibrar las zonas de producción con la agricultura, la gestión forestal y la protección de la biodiversidad.
- La implementación de producción fotovoltaica en el espacio público debe combinarse con la necesidad de ampliar la biodiversidad en las ciudades, como por ejemplo el aumento de zonas verdes que ayudan a mitigar el efecto isla de calor. También se deben integrar con la creación de zonas de sombra que facilitan la vida comunitaria en momentos estivales.
- A nivel constructivo, por un lado se propone que la piel de los edificios sean grandes captadoras de energía solar. Pero a los edificios también se les demandan espacios exteriores que mejoran la relación entre las personas, espacios para huertos urbanos o cubiertas verdes que mejoran la resiliencia de la ciudad… Por lo tanto todas estas necesidades deben poder convivir sin invalidarse las unas a las otras.
Todas las estrategias son necesarias, por eso se deben implementar con miradas transversales e integradoras. Una aproximación unilateral a sólo una de ellas supone un fallo en la globalidad.
Electrificación segura, sostenible y saludable
Otro de los retos es diseñar esa electrificación de manera segura, sostenible y saludable. Actualmente existen muchas deficiencias en los sistemas eléctricos del parque edificado: inexistencia o mal funcionamiento de las tomas de tierra, sistemas de cableado que no cumplen los actuales estándares de seguridad, dimensionados inadecuados de los circuitos… El proceso de rehabilitación de los edificios, con la mirada puesta en la descarbonización, debe integrar la mejora de estos criterios.
Por otro lado, la rápida implementación de la electrónica en muchos dispositivos hace que aparezcan frecuencias armónicas o transitorias no deseables en los circuitos, y es un aspecto a ir observando, regulando y limitando. El objetivo no es sólo garantizar la durabilidad.
Retos y objetivos con integración cuidadosa con el medio ambiente y las personas
La integración de sistemas eléctricos en edificios y ciudades requiere una planificación cuidadosa para garantizar la eficiencia energética, la seguridad y la fiabilidad. Los nuevos sistemas eléctricos se deben adaptar a las necesidades específicas de cada estructura, maximizando el rendimiento y minimizando los impactos ambientales. Este proceso de electrificación de ciudades y edificios también implica retos emergentes, como las estrategias de reducción de demanda, el almacenamiento de energía y el impacto medioambiental que tienen dichas tecnologías en sí mismas. El proceso requiere una integración diligente en el entorno construido, lo que nuevamente resalta la importancia de la colaboración entre la arquitectura y la ingeniería.
SONIA HERNÁNDEZ-MONTAÑO
Arquitecta asesora de Arquitectura Saludable y Bioconstrucción para el sector público y privado.
Fundadora del estudio Arquitectura Sana
DESCARGAS RECOMENDADAS: