Entrevista con Juanjo Catalán
Juanjo Catalán es consultor e investigador de nuevas tendencias en el sector eléctrico. Es una de las almas de Prysmian Club, que cumple 25 años como soporte a los profesionales y en la transmisión de conocimientos.
“Prysmian Club es el punto de encuentro con el conocimiento del sector eléctrico”
Usted es consultor y se dedica, entre otras cosas, a identificar tendencias y nichos de mercado en el sector eléctrico. ¿Y esto cómo se hace?
Digamos que tengo dos facetas, la de consultor y la de investigador, muy orientado a la cuestión de la sostenibilidad, que me atrajo mucho.
El profesional, excepto en caso de prescripción de proyectos, cuando necesita un cable va a su distribuidor habitual de material eléctrico a adquirirlo. Ahora, explíqueme y convénzame de que no todos los cables son iguales y que hay que optar, por ejemplo, por el cable Prysmian.
Hoy vivimos en un mundo conectado y en él es imprescindible el cable. Y en el mundo de los cables se exigen muchas condiciones de seguridad y de transmisibilidad. Los profesionales, a la hora de escoger un cable, se guían también por otras características, como la ductilidad, la resistencia, facilidad de manejo y toda una serie de conceptos de calidad. Prysmian ha conseguido que uno de sus productos estrella, el Afumex, sea un genérico, como el Celo. Los profesionales ya piden Afumex aun desconociendo que sea de Prysmian.
Se me ocurre una frase: si no existiera el cable, no serviría de nada la electridad.
No, no se podría transmitir. Y otra cosa voy a decirle: el mundo es cada vez más eléctrico.
“Hoy vivimos en un mundo conectado y más eléctrico en el que es imprescindible el cable”
Usted publicó recientemente el libro Edificios del nuevo paradigma energético, que abre un mundo fascinante en el que las casas van a dejar solo de consumir energía, sino que van a ser capaces de generarla por medios renovables y se podrá incluso compartir. Hace solo unos años nos habría parecido ciencia ficción.
No es que podremos, sino que ya se puede. Existe la tecnología e incluso la normativa. El principal cambio es que el edificio, de ser un consumidor intensivo de energía pasará a ser un productor. De este modo, será capaz de autoabastecerse de su demanda energética y generar excedentes suficientes para abastecer a otros edificios y servicios. Estamos entrando en un mundo en el que el edificio no solo va a ser sostenible, sino que estará conectado, ya sea a través de cables o sistemas inalámbricos. Esto ya es una realidad. Lo que pasa es que tenemos un parque de edificios muy antiguo. El 80% de las viviendas se construyeron antes de 1973. Ahora estamos en un proceso imperioso de transformación.
Este nuevo mundo del edificio, ¿lo veremos de una forma inminente o aún tardaremos mucho tiempo?
Como decía, la tecnología está y las nuevas políticas energéticas se están aplicando, aunque de una forma dosificada porque hay que concienciar a la sociedad y se tiene que financiar. Esto va a ralentizar un proyecto que tiene que ser rápido. Soy optimista y estoy convencido de que en 10 años van a cambiar muchas cosas.
He leído uno de sus artículos en los que habla de democracia energética.
Sí, es un concepto que utilicé en 2013 como propuesta de valor de un nuevo negocio de consultoría energética. Significa igualdad de oportunidades para todos en la gestión de la energía. Estamos en un sistema actual completamente centralizado de la electricidad. El modelo democrático serían las microrredes y edificios inteligentes que se van a intercambiar energía.
“El edificio pasará de ser un consumidor intensivo de energía a generarla y compartirla”
Si hablamos de electrificación del mundo, tenemos que hablar del coche eléctrico. ¿Cree que se acabará imponiendo?
No tengo ninguna duda. Es que no puede ser de otra manera. Si no, no vamos a conseguir luchar contra el cambio climático como pretendemos. No es que vaya a eliminar el problema de la contaminación, pero sí que va a contribuir preferentemente. Y muy importante, hay que conseguir que esta electrificación llegue a los camiones y a las flotas de transporte.
¿Cree que las baterías estarán preparadas para las largas distancias o habrá que recurrir a otro tipo de combustible, como el hidrógeno?
Analicemos las barreras que va a tener el coche eléctrico. El precio, cada vez menos. La autonomía del vehículo también va a mejorar. Las baterías actuales permiten trayectos de hasta 200 kilómetros. El problema es la infraestructura de recarga en vías públicas y electrolineras que permitan una recarga rápida. El objetivo es llegar al 2030 con un parque de cinco millones de vehículos eléctricos. Personalmente lo veo muy optimista. Si llegados a los dos o tres millones ya estará bien.
Se están poniendo muchas esperanzas en los fondos europeos Next Generation.
Sí, y va a haber una partida importante a la industria del vehículo eléctrico. No olvidemos que España es el segundo fabricante de coches de Europa después de Alemania. Si no hacemos el cambio al vehículo eléctrico, esa industria se irá a otro lugar. La segunda gran partida irá a la rehabilitación de viviendas. Precisamente, en Prysmian Club vamos a tratar esta cuestión en profundidad.
Hablemos de Prysmian Club, del que ha sido una de sus almas. Ha cumplido 25 años con gran éxito. ¿Qué ha significado para el sector?
Pues ha sido un punto de encuentro con el conocimiento del sector, en temas actualidad, de estar al día en tecnología… No olvidemos que el sector eléctrico es uno de los más dinámicos de la economía y además es esencial. Por ello, pensamos que el reciclaje continuo de los profesionales es fundamental, y en Prysmian Club les damos este servicio.
Para terminar, ¿por qué no me explica una nueva tendencia?
Lo último en que estoy trabajando es en la repercusión que todos estos cambios van a tener en nuevas profesiones. Van a hacer falta nuevos talentos con nuevas capacidades que van a generar nuevos oficios.